¿Por qué Freud? (1)

     El emperador chino Shih Huang TI  al mismo tempo que mandó a construir la gran muralla, ordenó la quema de libros. La muralla para la defensa, la quema de libros para borrar la memoria de todo lo que lo antecedía (2). Así fue que  me pregunté que pasaría si un día alguien propusiera que quememos las Obras Completas de Freud. ¿Por qué no? No sería raro ya que se escucha la pregunta ¿Para qué enseñar Freud hoy?. Más aún si asistimos en la Asociación Psicoanalítica Argentina (Lo escribo con todas las letras por la grandeza que supo tener)  tantas veces a la propuesta de eliminar los seminarios de la obra de Freud o de reducirlos. Yo se que  ser freudiano hoy es una verdadera antigüedad. Los freudianos permaneceremos seguramente en el espléndido aislamiento en el que se encontró Freud cuando comunicó su tesis sobre la sexualidad pasando a formar parte de los que han turbado el sueño del mundo.

      Pues bien, turbemos por un momento el sueño de algunas asociaciones psicoanalíticas   de formar parte  de la post modernidad ¿Estaremos turbando así el sueño de algún psicoanalista que se ha propuesto ser el Primero?, como Shih Huang Ti que luego de su intento de condenar al olvido a sus antecesores, se proclamó el “I” (Dejando en claro que quienes vinieran después de él serían el “II”, el “III”, y así sucesivamente). Seguramente Freud nos diría no veo el mérito, en esto de eliminar sus seminarios, tal como le dijo a Jung cuando contento de su viaje a Estados Unidos le comentó que había tenido mucho éxito al dar sus conferencias eliminando la tesis de la sexualidad. 

       Entiendo que la formación en  los Institutos de psicoanálisis de las asociaciones que dependen de la Asociación Psicoanalítica Internacional  que propone 12 seminarios de Freud obligatorios, considera que es importante que quien se forma en una Asociación Psicoanalítica tenga  un conocimiento de base de la obra del padre del psicoanálisis.¿ Permite esto la profundización en la obra de Freud? Desde ya que no. Pero sienta las bases para que el psicoanalista en formación pueda de ahí en más profundizar. Lo que sí permite, y no es menor, es la identificación con el pensamiento de Freud. Es notable como todos los didactas y titulares que apoyan este tipo de reforma, muchos de ellos destacados a nivel nacional y en muchos casos internacional, tuvieron esta clásica formación psicoanalítica. Así como entre ellos hay quienes se destacaron por haber profundizado en su obra, de modo tal que pueden citar prácticamente de memoria párrafos de  ella, y desde allí diría yo, que  han podido desarrollar y discutir con Freud, diferenciándose. La primer pregunta que me surge es ¿por qué privar a su descendencia del oro del psicoanálisis y proponerles en su lugar espejitos de colores? Yo aprendí de la generosidad de mis maestros quienes se propusieron abrirme las puertas a la riqueza de su misma formación para que yo me la pudiera apropiar. Y así fue que entendí, más aún que vivencié, que identificarse es la base  para romper y diferenciarse, para  ser psicoanalista, quiero decir para tener una identidad de psicoanalista.  Cuando se tiene confianza en ese proceso, no se es un clon, aunque uno se apoye en los dichos de Freud, como confieso suelo hacer muchas veces.(3) Pienso que todos los avances deben hacerse partiendo de Freud o en contradicción con Freud, pero imposible sin Freud. Ya que así como después de que Van Gogh pintó los girasoles, quienquiera pinte girasoles tendrá que vérselas no sólo con sus girasoles sino también con Van Gogh (4), también quien quiera hablar de psicoanálisis tendrá que vérselas con Freud. Se me olvida por momentos que la palabra de Freud está hoy bastante devaluada, sin embargo no el modo en el que llamó a su teoría. Aún así las instituciones psicoanalíticas damos muchas veces la impresión de  querer seguir navegando en otro barco pero con la misma bandera (5). Las teorías científicas avanzan, y son superadas por otras que seguramente responden mucho mejor a los tiempos,  y no está mal que eso suceda, lo que es sintomático es que muchas veces los psicoanalistas mismos  se propongan borrar la memoria de Freud. ¿Un síntoma realmente? ¿O finalmente el superyó triunfó en su invasión al psicoanálisis y consiguió dominarlo a la manera del caballo de Troya? (6). Estaríamos entonces asistiendo a que aquello que parece un elogio  y hasta un regalo, no es otra cosa que un intento de dominio y apoderamiento de la institución. Entiendo lo apasionado que puede resultar mi pensamiento. Tal es el despertar de un sentimiento aletargado que evitaba mucho tiempo la confrontación con estos temas que se huelen hace tiempo.  Veo ahora que nos valemos del marketing para que mientras tanto  este ingenuo mercado latinoamericano  fascinado por el brillo de lo importado, como supo decir J.O. Winocur, en lugar de Freud y los pioneros que avalaron la fundación de la APA, promovamos como seminarios obligatorios a Lacan, Winnicott, para seguramente ofrecer entre los seminarios de elección a algunos autores importados. Es llamativo  que siendo una Asociación de psicoanalistas, no nos llamemos a una autocrítica respecto de la falta de convocatoria que tiene nuestra formación. Más aún que no propongamos un simposio sobre el tema, donde discutamos de verdad y evitemos la típica formación reactiva que nos lleva a elogiar todo cuanto el colega presenta.  

    Según dice Borges quemar los libros es quemar la historia, por eso se me vino esa imagen de la quema de los libros de Freud. Esto me entristece aún más  cuando pienso que  los libros de Freud ya fueron transformados alguna vez  en cenizas en aquel triste momento de la historia. Me pregunté también si estos movimientos que cada tanto se dan que proponen eliminar a Freud de la formación responderían  una vez más a las renovadas resistencias al psicoanálisis que suscitan los temas de los que este se ocupa. Y me encontré con una respuesta diferente. Las resistencias en un análisis forman parte del proceso, y son una herramienta importante para el avance del mismo. Entiendo en cambio que hay una verdadera toma de posición: Freud no va más.
    Hubo un tiempo en el que decidí edulcorar mis opiniones, el por qué forma parte de esas cosas que un analista calla. Durante ese tiempo me dediqué a seguir el consejo que Charcot le diera a Freud, así me puse a observar lo que ocurría en la APA hasta que los hechos empezaron a hablar por sí mismos. Entonces me encontré pensando seriamente que este debate tenemos que darlo de verdad, sin edulcorar lo que pensamos. No se me escapa el contexto que estamos viviendo y lo circunscribo a nuestro país donde pensar diferente es ser un enemigo. En tanto psicoanalista, entiendo y sostengo que el psicoanálisis trata de la libertad. Libertad para pensar para desear para decidir si actuar en consecuencia al deseo o no. El supeyó, que no  nos protege de nada,  por el contrario nos impone el olvido, no sólo de lo que deseamos sino de la prohibición misma , estaría triunfando en este caso. Así, proponer estas modificaciones como renovación, sin exponer las verdaderas motivaciones que la sostienen, es proponernos a todos, que actuemos bajo el efecto de la hipnosis, es decir con total obediencia y desconocimiento,  como Woody Allen en la película “La maldición del escorpión de Jade” quien bajo el influjo de la hipnosis comete de noche un crimen, que de día investiga como el Jefe de policía que es. 

     Tengo que decir que a medida que pasa el tiempo coincido con Borges en eso de que las novedades importan menos que lo que uno cree verdadero, ¿Cuál sería la verdad en juego en este caso? Que la formación psicoanalítica es costosa, en tiempo, en dinero y en esfuerzo. ¿Un lujo? Puede ser, si lujo es formarse en profundidad, será para pocos. El psicoanálisis no es desde ya la respuesta a todas las cosas, pero es, aunque consiga poco en algunos casos,  el mejor camino que conocemos, entiendo que por eso no le sacamos a la APA el cartel de Asociación Psicoanalítica para colgarle algún otro. 

     Entonces digamos la verdad: si alguien quiere ser psicoanalista este es el camino, el mismo que quienes proponen hoy hacerlo fácil, emprendieron en su momento y por lo que se con bastante éxito. Decir la verdad es decir que al hacerlo fácil, es otra cosa lo que proponemos aunque lo llamemos psicoanálisis. Cuando yo ingresé a la APA hubo quiénes me facilitaron el camino, ¿de que modo? Me exigieron invitándome a analizarme profundamente lo que era un esfuerzo pero a la vez un verdadero placer, ya que fui encontrando el placer de vencer el olvido, el sometimiento y de pensar y  elegir con libertad. Me exigieron a la medida de lo que yo podía, ni más ni menos que eso. Me exigieron cuando de escribir se trataba, me exigieron cuando de supervisión se trataba, pero me dieron facilidades. ¿Que significa esto? Recuerdo el día en el que nos decidíamos con mi analista didacta a aumentar las sesiones de tres a cinco  mi preocupación por el dinero. Escuché un “no te detengas en eso”, hizo la cuenta de cuanto podía yo destinar por mes y de allí surgió el honorario de cada sesión. Esa era la convicción y el compromiso en mi formación que me trasmitió Jorge Winocur. Retomo entonces eso de que será para pocos:  pocos no serán los que puedan pagar si somos los didactas los que estemos dispuestos a facilitarlo económicamente, sino pocos los que sostengan la convicción de profundizar en una formación a largo plazo costosa en tiempo y esfuerzo.

     Mencioné antes que el psicoanálisis trata de la libertad. Sobre todo de la libertad que implica que la persona se le enfrente a su superyó para desear, para  recordar que su renuncia de hoy es hija de una prohibición externa del pasado que introdujo como propia, como un caballo de Troya, y que ahora puede desandar ese camino y decidir. Para que un analista sea capaz de renunciar al poder que le da la transferencia, tiene que ser capaz de promover en su paciente esa libertad. Se que muchos critican posiciones autoritarias de los tiempos mas antiguos de nuestra Asociación justificando los cambios,  como si hoy no existieran esos abusos que todos conocemos. Se que muchos nos dicen que quieren, al introducir ciertas reformas, legalizar algo que ya está ocurriendo. ¿No éramos psicoanalistas? Nos debemos primero como institución un blanqueo de lo que está ocurriendo, que muchos desconocen, para luego analizar entre todos el sentido de lo que está ocurriendo y ver a que conclusiones llegamos. Por otra parte me sorprende que nunca en las reformas que se proponen se hable de la necesidad del reanálisis de los didactas. Freud nos sugería un reanálisis cada cinco años por ejemplo. ¿sigue vigente esto? ¿se practica en nuestra institución? 

     Para terminar quisiera contar una anécdota. Recuerdo hace tiempo un diálogo con una profesora de piano que supo enseñar a grandes figuras del rock nacional. Cuando un chico empezaba su formación ella dedicaba largo tiempo a enseñar los clásicos, y le enseñaba a discernir en los acordes de la música de esas figuras del rock nacional que ella formó, las huellas de los clásicos. Decía: “se empieza por los clásicos, no se puede crear en el vacío”. Yo agrego:  Ni se puede crear desconociendo el origen de la música actual.

Citas
  1. Este escrito surge como un  alegato ante tantos intentos de borrar a Freud de la formación psicoanalítica en los institutos de psicoanálisis que forman parte de la Asociación Psicoanalítica Internacional 

  2.  Borges Jorge, 1952, Otras inquisiciones, La muralla y los libros, , Obras Completas, Pág. 11- 153

  3.  Cuando lo hago muestro el origen de mis ideas, y entiendo de ese modo que tienen sostén. Más aún, muchas veces lo hago para recordar en el lector que lo que decimos hoy no es novedoso, no es más que una vuelta a Freud. 

  4.  Dennis Duncan, 1992, Revista de Psicoanálisis   Vol/Nro: 49/02   Pag.: p. 239-251 

  5.  Tal como le dijo Freud a Jung 

  6.  Winocur Jorge o. Fecha: 2015, El poder del psicoanálisis, Revista de Psicoanálisis,  Vol/ Nro: 72/23   Pág.: p. 411-434 

Bibliografía
  • Borges Jorge, 1952, Otras Inquisiciones, Obras Completas, Pág. 11 -153

  • Duncan Dennis, 1992, La teoria “em vivo”, Revista de Psicoanálisis , Vol./Nº: 49/02 Pág.: 239-251

  • Freud Sigmund, 1914, “Contribución al movimento psicanalítico”, Tomo XIV, Obras Completas, Amorrortu Editores.

     

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